martes, 29 de abril de 2008

REFLEXION SOBRE LA INTUITIVIDAD DE LOS PRIMEROS PRINCIPIOS

Siete lecciones sobre el ser (Quinta lección)
J. Maritain

Hay para los tomistas una pluralidad de primeros principios; pero hay también entre éstos cierto orden, no en el sentido de que los siguientes al primero de todos pueden ser demostrados partiendo de éste apodícticamente, sino en el sentido de que se pueden demostrar –y a esto le llama la reducción al imposible- que, si se niega cualquiera de los otros primeros principios de la razón especulativa, se niega necesariamente el primero de todos, es decir, el principio de identidad; y que, si se niega el principio de identidad, no se puede hablar ni pensar, no se puede existir en cuanto ego pensante, en cuanto hombre.

No es sin embargo mi intención situarme el día de hoy en este punto de vista de la demostración per reductionem ad absurdum. Quisiera más bien invitaros a reflexionar sobre la intuitividad misma de los primeros principios (1). Y creo que, para asegurar el resultado de este ensayo por captar sensiblemente el valor intuitivo de estos primeros principios, conviene recordar lo expuesto en la lección anterior sobre la riqueza del ser, sobre el hecho de que, al mismo tiempo que el objeto de pensamiento que me es manifestado por y en la idea del ser, su energía expansiva se aparece también a mi vista, la realidad captada por mí en y por mi idea del ser, es, en cuanto se objetiva en esta idea, más rica que ésta y exige ser multiplicada en una pluralidad de nociones, en la unidad, en la bondad, en la verdad –otras tantas nociones trascendentales, de las cuales ninguna dice al espíritu sino el ser mismo, no agregando al ser sino una diferencia de razón, un aspecto de razón- ; pero en virtud precisamente de este elemento ideal que difieren uno del otro, estas nociones, en cuanto nociones, son diversas entre sí y difieren de la del ser; son nociones convertibles, pero no idénticas, no vocablos sinónimos.

Existe de este modo una cierta sobreabundancia del ser respecto a nuestras ideas, respecto a las nociones en las que se objetiva; y en función de esta sobreabundancia quisiera precisamente proponeros ciertas rápidas reflexiones sobre los primeros principios. Procuraremos comprender cómo el espíritu ve surgir estos primeros principios, a saber, los principios de la razón especulativa: de identidad, de razón suficiente, de finalidad, de causalidad.

Del principio de contradicción no hablaremos porque interesa directamente a la lógica y no a la metafísica; no es más que la forma lógica del principio de identidad: es el principio de identidad reflejado sobre el plano de la vida que las cosas transportan al espíritu para ser conocidas, tomado en lo concerniente a la operación lógica de la afirmación y la negación. (Sobre la primacía del principio de identidad ver luego la opinión propia de González Alvarez)

(1) "La invención de los principios se funda en el conocimiento que el entendimiento posee del ser y de las propiedades del ser en cuanto tal" (Santo Tomás, Contra Gentes, II, 83).
"El hábito de los primeros principios se funda poir una parte en la naturalesa, por otra en un principio exterior; en cuanto a su comienzo es natural, pues por la naturaleza misma del alma intelectual, pertenece al hombre, puesto ya en posesión de lo que es el todo y de lo que es la parte, conocer que el todo es siempre mayor que su parte, y así en lo demás; pero no puede conocer el todo ni la parte sino mediante las especies inteligibles recibidas en su mente por las imágenes. Por esto el Filósofo muestra en el final de los Ultimos Analíticos (II. Sección quinta, cap. XIX) que llegamos al conocimiento de los primeros principios mediante los sentidos" (Summa, IIa, Iae, q. 51,a. 1.).
Aristóteles habla de las "posesiones" de los primeros principios; el término es trasducido por la Escolástica por "habitus principiorum" algo oscuramente, es verdad, pero con exactitud. En la cita hemos vertido "el hábito de los primeros principios" lo cual equivale al "conocimiento", al estado de los mismos en la mente.
NOTA PERSONAL:
· Veremos la aliquidad y el principio de contradicción
· La unidad y el principio de identidad
· La verdad y el principio de razón suficiente
· Y la bondad y el principio de conveniencia ( según la división hecha por González Alvarez)
Observemos las propiedades en este cuadro que ponemos a modo sintético:

EL ENTE ES:
En Oposición:
extrínseca:
a la nada, algo ............................... ALIQUIDAD
a la apariencia, real ......................... REALIDAD
intrínseca:
indiviso o uno ................................. UNIDAD
En Conveniencia:
con el entendimiento, verdadero ........ VERDAD
con la voluntad, bueno ..................... BONDAD

ACERCA DEL PRINCIPIO, QUE INMEDIATAMENTE SIGUE AL CONCEPTO DEL ENTE, O DEL PRINCIPIO DE CONTRADICCIÓN.
Elementa philosophiae Aristotélico-Tomisticae
J. Gredt.

THESIS VI: El principio de contradicción es el principio, que inmediatamente sigue al concepto de ente; por lo cual entre los principios para todos evidentes por sí mismo es el principio absolutamente primero.

Estado de la cuestión

1.- El principio de contradicción es el principio, que se formula por la comparación del ente con el no-ente y se enuncia: el ente no es el no-ente; Lo mismo no puede bajo el mismo aspecto al mismo tiempo ser y no ser. Acerca de este principio nuestra tesis afirma:
a) este principio inmediatamente sigue al concepto del ente como propiedad del ente, que a él le conviene por orden a nuestro intelecto;
b) Este principio entre todos los evidentes por sí mismo es el absolutamente primero.

2.- Por el nombre de absolutamente primero se puede entender:
a) al principio, que a todas las otras verdades, tanto del orden metafísico o del orden abstracto de las esencias, tanto del orden experimental u del orden concreto de las existencias contingentes, contendría en acto en sí, de tal modo que en él se puedan ver o por demostración directa del mismo se pudieran deducir. Este género de principio sería perfectísimo, aun más de infinita perfección, y no podría ser sino la misma esencia divina intuitiva, más aun comprehensivamente conocida. En este sentido establecieron el principio los filósofos Panteístas, cuyo método se llama “de la construcción” (Fichte, Schelling, Hegel), y los Ontologistas.-
b) por el nombre de primer principio se puede entender el principio imperfectísimo y máximamente potencial o juicio universalísimo, que a las otras verdades no contiene en sí en acto, que se presupone a todos sin embargo, y desde el cual todas se pueden demostrar indirectamente.- Así con los escolásticos nuestra tesis establece el primer principio, pues el principio tomado en el primer sentido está fuera del ámbito del conocimiento humano, más aún de todo el conocimiento creado.

Se prueba la tesis. I parte ( El principio de contradicción es el principio que sigue inmediatamente al concepto de ente).-

El principio, que se tiene inmediatamente de la comparación del.ente con el no-ente, es el principio que sigue inmediatamente al concepto de ente; el concepto, en efecto del no-ente sigue inmediatamente al concepto de ente ( ver Psicología); por lo cual el juicio, que de la comparación de estos conceptos se formula, es el juicio o principio, que sigue inmediatamente al concepto de ente.

Es así que el principio de contradicción es el principio que se obtiene inmediatamente de la comparación del ente con el no-ente; adquirido, en efecto, el concepto de ente y no-ente el intelecto enseguida percibe la relación de oposición y contradicción, que rige entre el ente y no-ente, y por consiguiente juzga que el ente no puede ser el no-ente, que es el principio de contradicción. Luego….

Se prueba la II parte ( El principio de contradicción es entre todos los principios evidentes por sí mismos el principio absolutamente primero).- El principio que se presupone a todos los otros , y desde el cual todos los otros principios se pueden demostrar indirectamente, es el principio absolutamente primero. Luego… La mayor es evidente desde el “estado de la cuestión”.

Se prueba la menor en relación a la primera parte.-
Arg. I. El principio que sigue inmediatmente al concepto de ente, es el principio que se presupone a todos los otros; pués así como el concepto de ente se presupone a todos los otros conceptos, así el juicio que inmediatamente sigue al ente, se presupone a todos los otros juicios. Es así que el principio de contradicción sigue inmediatamente al concepto de ente, como se ve desde la primerar parte. Luego.
Arg. II. El principio, que presenta la fórmula general de toda certeza, es el principio que se presupone a todos los otros principios.Es así que el principio de contradicción presenta la fórmula general de toda certeza; es cierto, en efecto, que no puede no ser, o el ente, que no puede ser el no-ente..


La menor en cuanto a la 2. parte. Todos los principios evidentes por sí mismos indirectamente, i. e. por reducción al absurdo, se prueban desde el principio de contradicción; reducir al absurdo es mostrar que lo mismo debe simultáneamente ser y no ser, si esto o aquello no se admite.

Corolario. Luego el principio de contradicción es el principio psicológica y ontológicamente primero: es psicológicamente primero, porque inmediatamente sigue al concepto psicológicamente primero; es ontológicamente primero, porque de él todos los otros principios dependen.

El principio de contradicción se dice ontológicamente primero no como primero ontológico, que sería la causa de todos, sino como fundamento universal, indeterminado de cualquier verdad. Igualmente el ente se dice concepto ontológicamente primero como fundamento universal, indeterminado de los otros conceptos.

Los más recientes enumeran tres principios, que inmediatamente seguirían al ente:

a) principio de identidad: el ente es el ente, lo que es, es,
b) principio de contradicción;
c) principio del tercio excluso: entre el ser y no ser no hay medio;
todo es o no es.

Pero el principio del excluso tercero se identifica con el principio de contradicción: no haber medio entre el ser y no-ser igualmente formalmente significa que lo mismo no puede al mismo tiempo ser y no ser.

El principio de identidad o se toma tautológicamente, y entonces no es principio,
a) porque no es juicio, en la sola predicación formal se tiene propiamente el juicio o enunciación,..
b) porque de él nada puede deducirse, la menor “subsumenda” expresaría completamente lo mismo que la conclusión: o no se toma tautológicamente; entonces es principio; pero no es principio que sigue inmediatamente al ente, sino que sigue al ente mediante el concepto de división o distinción.

El principio de identidad, en efecto, se formula porque negamos la división o distinción en el ente: El ente es el ente, i.e. no es por sí mismo dividido o distinto, es para sí mismo uno y lo mismo. Así adquirimos el concepto de unidad. El principio de identidad es el principio de la unidad del ente consigo mismo.
(1)“La invención de los primeros principios se funda en el conocimiento que el entendimiento posee del ser y de las propiedades del ser como tal”. (Santo Tomás, Contra Gentes, II, 83.)
“El hábito de los primeros principios se funda por una parte en la naturaleza, por otra en un principio exterior; en cuanto a su comienzo es natural, pues por la naturaleza misma del alma intelectual, pertenece al hombre, puesto ya en posesión de lo que es el todo y lo que es la parte, conocer que el todo es siempre mayor que su parte, y así en lo demás; pero no puede conocer el todo y la parte sino mediante las especies inteligibles recibida en su mente por las imágenes. Por eso el Filósofo muestra en el fin de los Últimos Analíticos que llegamos al conocimiento de los primeros principios mediante los sentidos.” (Summa, IIa.Iae)
Aristóteles habla de las “posesiones” de los primeros principios; el término es traducido por la Escolástica por “habitus principiorum” algo obscuramente, es verdad, pero con exactitud. En la cita hemos vertido “el hábito de los primeros principios” lo cual equivale al “conocimiento”, al estado de los mismos en la mente.

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